Absentismo y mandos intermedios
- sergiriau
- 20 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 may
Cuando te pone a analizar el absentismo, siempre llegas a la conclusión de que hay una parte que, como sociedad de bienestar, debemos aceptar y defender, y en cambio hay otra en la que depende más de la relación de la persona trabajadora con la empresa, que las propias patologías.
Tras ese análisis, parecería claro que debiera hacerse una estrategia para evitar aquellas ausencias enfocadas en la relación o en el clima laboral, y ahí emerge una de las figuras claves del absentismo: el mando intermedio.
Ellos son claves para todo, para la productividad, para la calidad, para la seguridad en el trabajo, y ahora también para la gestión de las ausencias o el liderazgo saludable.
Más allá del debate de “tenemos los mandos que tenemos y no los que me gustaría”, los mandos intermedios nos ayudan en el día a día de la empresa, mucho más de lo que nos imaginamos. Sin ellos nada es posible.
Llegados a ese punto, si queremos involucrarlos en la gestión de ausencias, no servirá sólo decírselo o ponerlo en un power point, un mando se involucrará si:
o Nos preocupamos de sus preocupaciones (no es el % de absentismo)
o Les damos capacidad de actuación
o Les damos herramientas que faciliten el seguimiento
o Les damos formación
Y lo más importante,
o Les damos tiempo
Hace poco tuve la fortuna de participar de una reunión donde una empresa había pasado de la teoría a la práctica. Todos sus mandos se dedican a la gestión de ausencias los lunes de 09:00 a 09:30, ¡eso si que es darles tiempo!
Ah, y el equipo de recursos humanos no se libra, sino que debe enfocarse y centrarse a acompañar y seguir los procesos con los mandos intermedios, no con los trabajadores
Porque en el fondo que buscas ¿Decir que tu empresa es saludable o quieres realmente serlo?




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